A orillas del Parque Montaña Entrenubes, se puede ver una cerca de basura, seguida de un gran barrio construido con latas, tejas, madera vieja… donde el lujo más grande es tener una casa prefabricada de 15 metros cuadrados y todos los pisos se han creado con el barro que ha dejado la lluvia capitalina.

 

El nombre de ese barrio, cuya descripción parece sacada de alguno de los pueblos más alejados y olvidados de Colombia, pero que no se puede alejar más de la realidad, es San germán en Bogotá, la avanzada y vanguardista capital del país.

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Construido ilegalmente como una invasión dentro de una reserva natural, pero que alberga miles de personas, cientos de familias que han sufrido, unos por el conflicto, otros por la dura vida en Bogotá y otros por causas que ni en nuestros más terribles pensamientos podríamos imaginar. Personas que han pasado toda su vida anhelando una casa, un espacio propio... un pequeño pedazo de tierra al que puedan llamar hogar.

 

Algunos viven en condiciones de extrema pobreza, una familia con 8 integrantes, viviendo en una casa de 10 metros cuadrados, todos duermen en la misma cama y la cocina no está a más de 1 metro del baño. Viviendo entre basuras porque no tienen un sistema para desecharlas, sin alcantarillado por lo que cada domingo se reúnen para abrir un camino por el que pasen las aguas negras y lo que es peor… sin apoyo del Estado para adquirir estos derechos básicos.

 

Pero en la parte alta de los cerros sur orientales de la capital viven muchas familias, no sólo hablamos de San Germán. Contamos tambien a El Triunfo o a Juan Rey, barrios ubicados en localidades en las que el Estado tiene poca presencia, espacios marginados por los mismos capitalinos e incluso por sus propios habitantes.

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Muchos viven dentro de una reserva natural y no lo saben, o no les importa, lo que nos preguntamos es ¿por qué?  ¿Cómo puede alguien preocuparse por el medio ambiente cuando debido a él es que no tiene hogar?

 

Para contextualizar la situación, cabe aclarar que son territorios obtenidos ilegalmente, que han ido creciendo como invasiones dentro del parque, y que le pertenecen al Distrito. Esta es la razón por la que varias veces han tenido que pasar por el proceso de intervención y destrucción de sus viviendas. El motivo por el que lo que hoy llaman hogar, mañana puede ser el Parque Montaña Entrenubes.  

 

En estas condiciones y con el olvido absoluto del Estado ¿Por qué les importaría hacia dónde van sus desechos? ¿Por qué les importaría estar viviendo dentro de una reserva natural? Si no saben que existe, si ven al Parque Montaña Entrenubes como el enemigo, como la bestia que no los deja vivir tranquilos, la amenaza que constantemente quiere arrebatarles sus viviendas, si lo ven simplemente como el jardín de su casa… uno con la mejor vista de la ciudad.